No te rindas
He elegido este título porque así se llama este poema de Mario Benedetti. Siempre me ha inspirado y siempre vuelvo a él cuando necesito ese pequeño empujón que necesitamos cuando nos paramos en el camino.
Puede parecer que los duelos y las pérdidas, como duelen tanto, nos requieren estar en una lucha constante. Y no es así. Si vives luchando contra esa realidad, no solo te cansas, sino que lo eternizas en el tiempo. Debes emplear toda tu energía en una sola lucha: la de interiorizar la nueva situación. Y eso implica un trabajo diario.


El tiempo por si solo no cura nada, es una gran mentira. Lo que nos calma el dolor es el esfuerzo diario en ir poniendo todas las piezas que están desencajadas en un nuevo lugar. Y si lo haces con ayuda mucho mejor. Sin prohibirte nada, permitiéndote llorar, gritar, correr, dibujar, pintar, oír música, escribir, todo lo que te haga expresar tus emociones es válido.
No te olvides de tí. Eres la persona que está aquí, viviendo, necesitas cuidar tu salud física, mental y emocional. Necesitas el autocuidado y dedicarte tiempo para transitar saludablemente el camino del duelo.

Los duelos sin abrazos del Covid
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